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Receta de Pollo con Mantequilla

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Pollo con mantequilla

Historia y origen del pollo a la mantequilla

Receta de Pollo con Mantequilla Fácil y Rápida

Receta de Pollo con Mantequilla.   Muchas veces, las recetas más sencillas son aquellas que han persistido a lo largo de los siglos. El pollo a la mantequilla no es una excepción. Este plato, que hoy consideramos un clásico, tiene un pasado cautivador que entrelaza diversas culturas y tradiciones culinarias de una manera que te deja reflexionando. ¿Cómo algo tan simple como pollo y mantequilla puede ser tan significativo y lleno de historia?

En primer lugar, el pollo ha estado presente en la gastronomía de casi todas las culturas desde tiempos remotos. Desde la antigua Grecia, donde era un lujo reservado para los más acaudalados, pasando por el Imperio Romano, hasta llegar a la cocina campesina europea, esta ave ha sido un pilar fundamental en nuestras mesas. Alejandro Magno, conocido por su arte militar, también tenía un lado gourmand y era un fiel amante del pollo asado.

Pero hablemos de la mantequilla. Ah, la mantequilla. Ese oro culinario. En civilizaciones antiguas como la romana y la griega, la mantequilla no era tan común como el aceite de oliva, pero en el norte de Europa y Asia Central, era un verdadero tesoro. Se utilizaba tanto en la cocina de los palacios como en la de las casas campesinas. La mantequilla no solo servía para cocinar; también tenía propiedades medicinales y se empleaba en rituales religiosos. En la Edad Media, su popularidad aumentó exponencialmente, y hoy en día, sigue siendo un ingrediente destacado en muchas cocinas alrededor del mundo.

No puedo evitar recordar una vez que intenté preparar esta receta para una reunión familiar. Estaba en mi cocina, con un pollo entero frente a mí y un bloque de mantequilla que apenas había empezado a derretir. Mi abuela siempre decía que la clave estaba en usar las manos para untar el aliño en el pollo, casi como si fuera un masaje. Supongo que tenía razón, porque esa vez, aunque el horno hizo la mayor parte del trabajo, me sentí como si estuviera transmitiéndole un pedacito de amor a cada bocado.

Hablando de adaptaciones culturales, cada rincón del mundo ha hecho suyo este plato de una manera especial. En Francia, por ejemplo, el emblemático «Poulet rôti au beurre» es un verdadero clásico. Ellos llevan la técnica a otro nivel, rociando constantemente la mantequilla derretida sobre el pollo mientras se cocina para obtener ese exterior crujiente y dorado. Por otro lado, en India, se podría decir que el famoso «Butter Chicken» es una descendencia lejana del concepto original, adaptado con una inolvidable mezcla de especias y yogur. Cada cultura ha aportado lo suyo, dando lugar a diferentes variantes de esta sublime receta.

Es increíble cómo algo tan sencillo como combinar pollo y mantequilla puede tener tantas versiones, todas igualmente deliciosas. La fusión de la suavidad y el sabor profundo de la mantequilla con la jugosidad del pollo crea una explosión de sabores que no necesita más presentación. La historia del pollo a la mantequilla es la historia de nuestra propia evolución culinaria, y cada vez que preparamos este plato, nos conectamos un poquito más con nuestras raíces y con las tradiciones que hemos adoptado y adaptado a lo largo del tiempo.

Al final del día, puede que sea su simplicidad lo que hace que esta receta sea tan entrañable y especial. Un recordatorio de que, en la cocina, menos es a menudo más. ¿Te animas a darle tu propio toque a este clásico?

El pollo a la mantequilla en la actualidad

Hoy en día, el pollo a la mantequilla sigue siendo una de las opciones favoritas por muchas familias en todo el mundo. ¿Por qué? La respuesta es simple: su facilidad de preparación y la versatilidad que ofrece. En una era en la que todos buscamos recetas rápidas, pero ricas en sabor, este platillo se convierte en una solución para quienes tienen poco tiempo pero no quieren sacrificar la calidad de sus comidas.

Un ingrediente esencial es la mantequilla, que aporta un toque único y lleno de sabor, elevando incluso el platillo más sencillo. No hace falta ser un chef experimentado para lograr un delicioso pollo a la mantequilla. Bastan unos pocos ingredientes y un poco de cariño. Uno puede empezar con pollo y mantequilla, pero las posibilidades de agregarle tu toque personal son infinitas; desde hierbas frescas hasta un poco de ajo, cada adición enriquece el platillo y lo adapta a tus preferencias.

Lo hermoso de esta receta es que no es necesario tener una lista larga y complicada de ingredientes. Es perfecta para días ocupados en los que necesitas algo rápido, nutritivo y satisfactorio. Además, el pollo es accesible y está disponible en casi cualquier supermercado, lo que facilita aún más llevar esta receta a la mesa.

En nuestra vida moderna, donde a menudo estamos apurados y exigimos eficiencia en casi todo lo que hacemos, el pollo a la mantequilla surge como una receta que cumple con todos estos requisitos. Y lo mejor de todo es que cada bocado te devuelve un poco de ese sabor casero, ese que te hace sentir que estás comiendo algo especial, aunque sea preparado en un abrir y cerrar de ojos.

Así que, cuando llegues a casa después de un día agitado y te preguntes qué preparar para la cena, recuerda que el pollo a la mantequilla siempre estará ahí para salvar el día. ¡A cocinar se ha dicho!

Consejos de preparación y cocción

Preparar un pollo a la mantequilla perfecto no requiere ser un chef profesional, pero sí hay ciertos trucos que pueden marcar la diferencia entre un pollo seco y uno jugoso y delicioso.

Primero, seleccionar los ingredientes adecuados es esencial. Escoge siempre pollo fresco, de preferencia de alta calidad o de granja. Los muslos y contramuslos suelen ser más jugosos y sabrosos que la pechuga, así que si es posible, opta por esas piezas. En cuanto a la mantequilla, utiliza mantequilla sin sal de buena calidad, ya que es la estrella del platillo.

Para sazonar el pollo, no te limites a la sal y la pimienta. Puedes darle un toque especial añadiendo un poco de ajo en polvo, tomillo, orégano, o incluso una pizca de comino si te gusta su sabor. Un truco que he aprendido es dejar marinar el pollo con los condimentos durante al menos 20 minutos en la nevera, de esta manera absorbe mejor el sabor.

Ahora pasemos a la mantequilla. Un error común es derretir la mantequilla a fuego muy alto, lo que puede hacer que se queme y adquiera un sabor amargo. La clave está en derretirla lentamente a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera. Cuando la mantequilla está completamente derretida, es el momento de añadir ingredientes como ajo picado, hierbas aromáticas, o incluso un poquito de jugo de limón para darle un toque cítrico.

Otro consejo para que el pollo a la mantequilla tenga una textura perfecta es el sellado inicial del pollo. Precalienta tu sartén a fuego alto y, una vez esté bien caliente, añade un poco de aceite de oliva. Luego coloca los muslos de pollo con la piel hacia abajo y deja que se doren durante aproximadamente 3-4 minutos por lado. Este paso ayuda a que el pollo retenga sus jugos durante la cocción posterior.

Después de sellar el pollo, baja el fuego a medio y añade la mezcla de mantequilla y condimentos. Deja que el pollo se cocine en esta mezcla durante unos 15-20 minutos, volteándolo de vez en cuando para que se cocine de manera uniforme. Si ves que la mantequilla empieza a dorarse demasiado rápido, no dudes en añadir un chorrito de caldo de pollo o agua para evitar que se queme.

¿Quieres asegurarte de que el pollo quede dorado y crujiente por fuera? Coloca el pollo en una bandeja apta para horno y hornea a 190 grados centígrados por unos 10 minutos finales. Esto le dará ese toque dorado y crujiente sin secarlo por dentro.

Por último, para darle un acabado profesional, una vez que saques el pollo del horno, déjalo reposar unos 5 minutos antes de servirlo. Esto permite que los jugos se redistribuyan y el pollo quede jugoso y lleno de sabor en cada bocado.

Así que ya sabes, con estos sencillos consejos, podrás sorprender a todos con un pollo a la mantequilla perfectamente dorado y jugoso. ¡Manos a la obra y buen provecho!

Receta: Pollo a la mantequilla

Pollo con Mantequilla Cremoso

Ingredientes:

  • 1 pollo entero o piezas de pollo (muslos y contramuslos preferiblemente)
  • 1 taza de mantequilla sin sal
  • Sal y pimienta al gusto
  • Ajo en polvo, tomillo, orégano y comino (opcional)
  • Aceite de oliva
  • Ajo picado, hierbas frescas y jugo de limón (opcional)

Instrucciones:

  1. Sazona el pollo con sal, pimienta y otros condimentos de tu preferencia. Deja marinar en la nevera por 20 minutos.
  2. Derrite la mantequilla a fuego medio-bajo, removiendo constantemente. Añade ajo picado, hierbas frescas y jugo de limón si lo deseas.
  3. Precalienta una sartén a fuego alto con un poco de aceite de oliva. Sella los muslos de pollo con la piel hacia abajo por 3-4 minutos por lado.
  4. Baja el fuego a medio y añade la mezcla de mantequilla. Cocina el pollo durante 15-20 minutos, volteándolo ocasionalmente.
  5. Coloca el pollo en una bandeja para horno y hornea a 190°C durante 10 minutos más para que se dore.
  6. Deja reposar el pollo por 5 minutos antes de servir.

Información nutricional (por porción):

  • Calorías: 540
  • Carbohidratos: 1g
  • Proteínas: 42g
  • Grasas: 40g
  • Grasas saturadas: 16g
  • Colesterol: 185mg
  • Sodio: 320mg

Ideas para acompañar el pollo a la mantequilla

Pollo con Mantequilla al Estilo Casero

Para realzar tu pollo a la mantequilla, puedes acompañarlo con una variedad de opciones que harán que el plato brille.

Vegetales Asados

Nada mejor que unos vegetales asados. Zanahorias, pimientos, brócoli y coles de Bruselas, todos aderezados con aceite de oliva, sal, pimienta y, si gustas, un toque de romero. Los sabores se intensifican en el horno, y al estar asados, mantienen una textura que contrasta maravillosamente con la jugosidad del pollo.

Papas en sus Variaciones

Las papas nunca fallan. Puedes optar por unas al horno con hierbas, fundidas en mantequilla, o un puré cremoso. Si quieres impresionar, prepara un gratinado de papas con queso. Es reconfortante y le añade una capa extra de sabor.

Arroz Aromático

Un arroz blanco es un clásico, pero ¿por qué no darle un giro? Prueba con arroz con ajo y perejil, o un pilaf con almendras y pasas. Puedes también hacer un risotto sencillo que absorba la deliciosa mantequilla del pollo, creando una mezcla cremosa que te encantará.

Ensaladas Frescas

Las ensaladas aportan frescura. Piensa en una ensalada de rúcula con queso parmesano, nueces y una vinagreta de limón, o una ensalada griega con tomates cherry, pepino, aceitunas y un buen queso feta. Estas ensaladas no solo son ligeras, sino que también aportan un contraste de sabores y texturas ideal.

Pan para Mojar

Uno de los grandes placeres es poder mojar el pan en la mantequilla derretida y los jugos del pollo. Prepara una baguette crujiente o una focaccia con romero y sal marina. Te hará falta más de una rodaja.

Presentación del Plato

Sirve el pollo en una fuente grande, rodeado de sus acompañamientos. Los vegetales asados a un lado, las papas o el arroz en otro. Agrega una ramita de tomillo o romero fresco por encima del pollo para darle un toque elegante y fresco. Y no olvides tener el pan listo para acompañar. Una presentación cuidada hará que cualquier comida parezca especial.

Receta de pollo a la mantequilla

Cómo Hacer Pollo con Mantequilla Perfecto

Ingredientes:

  • 1 pollo entero
  • 100 gramos de mantequilla sin sal
  • 3 dientes de ajo (finamente picados)
  • 30 gramos de orégano
  • Un puñado pequeño de perejil (picado)
  • Comino al gusto
  • Sal y pimienta negra al gusto

Paso a paso de nuestro pollo con mantequilla al horno:

  1. Precalienta el horno a 190°C.
  2. En un bol pequeño, derrite la mantequilla a fuego medio-bajo.
  3. Añade el ajo picado, el orégano y el comino a la mantequilla derretida. Mezcla bien.
  4. Agrega el perejil a la mezcla de mantequilla y especias. Salpimenta al gusto.
  5. Con tus manos, unta la mezcla por todo el pollo, asegurándote de cubrirlo bien.
  6. Coloca el pollo en una fuente para hornear.
  7. Coloca una bandeja con agua en la parte inferior del horno para que el pollo sude.
  8. Hornea el pollo a 190°C durante 50 minutos a una hora, o hasta que esté dorado. Si se quema, cubre con papel aluminio.
  9. Deja reposar el pollo por 5 minutos antes de servirlo.

Nota Adicional:

Para una variación popular, puedes añadir unas gotas de jugo de limón en la mezcla de mantequilla para un toque más cítrico. Si prefieres un sabor más intenso, puedes incorporar hierbas frescas como romero o tomillo.

Información Nutricional:

(por porción de 1/4 de pollo)

  • Calorías: 560
  • Grasas: 35g
  • Carbohidratos: 2g
  • Proteínas: 58g
Pollo al horno con mantequilla, pollo al horno con limón y mantequilla

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